Un martes 9 de julio de 1816 el Congreso de Tucumán toma la decisión de romper formalmente los vínculos de dependencia políticas de las Provincias Unidas del Río de la Plata con la monarquía española, y consolidar el proceso inciado el 25 de mayo de 1810, que no obstante obligaría a seguir dando batalla hasta 1824. La Declaración de la Independencia fue un acto soberano y colectivo. Días más tarde renuncia también a toda otra dominación extranjera. El histórico Congreso de Tucumán sesionó y debatió durante meses para proyectar una nueva nación y trazar los orígenes de lo que luego sería la República Argentina.